y a darte todas las gracias;
que por tu bendita culpa
y de tu madre, Esperanza,
por tu Niña que llevaste
como primera enseñanza,
Victoria, la que su palio
era panal de la gracia,
hoy yo tengo el corazón
para ellas dos. En Santa Ana
y en la Iglesia dominica
antigua Santa Escolástica.
Te he tenido. Me empapé
de tus historias sobradas,
tus lecciones, tus consejos,
o tus sabias enseñanzas
y el veneno de tus gustos
de tus coplas gaditanas.
Tanto tengo que pagarte
y hoy no he traído nada.
Más la deuda, si tú quieres
ya sé de qué forma dártela...
Devolviéndote lo dado:
capataz, hermano... valga
por nuestras gestas, la radio,
los viajes, por tu casa
y por quedarte a mi lado.
Por generosas palabras
con las que me has presentado.
Paco Estarli, siempre gracias.
Gracias a los dos por brindarme una noche de Lunes Santo como la del año pasado.
Gracias, D. David, siempre gracias.