Menudo marrón.
Me explico.
En muchas hermandades y barrios de Granada (seguramente fuera de ella también), existe la "tradición" de que el pregonero o presentador del cartel de dicha hermandad en el año anterior, presente al año siguiente a su sucesor.
Es decir, un marrón.
¿Por qué?
Pues muy sencillo. En la mayoría de las ocasiones, ni el uno conoce al otro ni de vista, o lo conoce poco,o lo conoce tanto, que no tiene nada bueno que decir.
Y tu imagínate la situación, no lo puedes ver ni en pintura y tienes que decir lo "maravillosa" persona que es y lo "mucho" que trabaja por su hermandad.
Menos mal, que muchas hermandades, se han dado cuenta y han decidido eliminar esa tediosa tarea.
Un alivio para muchos ex-pregoneros, creeme.
Pasos vamos dando, desde luego, ahora lo que nos hace falta es que el que se suba a escena, el que se encarame a un atril, sea capaz de hacer algo decente. Porque a veces dan ganas de solicitar de nuevo el regreso del protocolo que criticas, y nada más que con la presentación, hundir literariamente al pregonero u orador.
ResponderEliminarAh, por cierto... ¡Con la pila de ropa que habrá que planchar! Si es que, desde que se inventó el bidé...